Había una vez una historia de tantas, una de esas que escuchamos en el transporte urbano, en el supermercado o en la tienda del pueblo. Un relato de miedos, desencantos e ingnorancias. Cuentos sin final feliz que quedaron estancados en la historia y que no pudieron mantenerse, tan siquiera, en el imaginario de leyendas, mitos y fábulas.
En un estanque de aguas podridas se posaba una mota de Pó (Polvo) que llegaba de lejos y era absorbida en un instante. Pero esa motita venía cargada de sustancia y acompañada de un amigo fiel, un trozo de Lixo (Basura) del más puro olor a mar que venía desde Bueu, un pueblito con encanto de la zona del Morrazo. ¡Ah, no os dije de dónde venía Pó! Pues era de As Pontes, pero había rodado por muchos sitios de allá para acá.
Los dioses Pó (práctico, guerrero y, aunque siempre escondidito, todo un argallador) y Lixo (pacífico, idealista y soñador)
Os voy a contar lo que pasó unos meses antes cuando Lixó y Pó (Basura y Polvo) andaban de viaje por la Isla de Menorca, pasando unos meses de invierno y vientos de Tramontana en un palacete de Mahón, posados en unos hermosos techos. En esa tranquilidad, en ese merecido descanso en el que se encontraban, un Viento fuerte y traidor abrió as ventanas de pronto y se llevó por delante cuanto había por allá sin importar nada, sin escuchar, sin mirar ni observar. Viento era malvado. Viento metía miedo. Viento tenía el poder más fuerte, pero no agallas. Pasó, arrasó y se llevó a Lixo y Pó.
El villano Viento (siempre en busca del tesoro echando vírgulas por la boca, porque mucho habla pero nada escucha)
En ese flujo de gases, en ese movimiento, Pó decaía a momentos y Lixo iba levantándolo. Una ayuda en común que mantenía vivos el espírito de Pó y las energías de Lixo. Porque Viento no cesaba y su fuerza era cada vez más grande.
En el olimpo de los dioses Pó comenzaba a salir del abismo, cogiendo fuerzas, recogiendo luz y agradeciendo a Lixo su ayuda. Caminando juntos se daba cuenta de que necesitaban colaboración para esa lucha.
.- ¡¡¡Non os preocupéis!!!, dijo Uralito. Llegado de entre los tejados más altos y bien aislado para afrontar a Viento quien, asustado por la toxicidad del amianto, escapó corriendo. ¡Pero Uralito estaba aislado! jajaja
El héroe Uralito (el aislante mediador y protector)
.- ¡Ese Viento es un miedica y un cobarde! Mucho aparentar pero pocos argumentos. Mirad cómo ahora cierra la boca y ¡no sopla nada! jajajaja
Lixo y Pó cogían aire, respirando tranquilos.
.- ¡Gracias Uralito! ¡Eres nuestro héroe! ¡Qué podemos hacer por tí, quiéres venir hasta el pueblo a tomar unos vinos?
.- Claro que sí, ¡vamos meus!
…continuará
hackmito 